Emilio Calatayud

miércoles, 11 de enero de 2012

35 millones de niñas siguen sin escolarizar

            El pasado 12 de octubre leí un artículo en EL PAÍS titulado 35 millones de niñas siguen sin escolarizar y me dejó impactada... cómo en el siglo XIX las personas preferimos (o prefieren) gastar dinero a actos bélicos antes que en alfabetizar a las mujeres y darle las mismas opciones que a los hombres a la vez que ayudar a un pueblo a evolucionar y avanzar.

En la sociedad plural en la que vivimos es muy importante asegurar el bienestar de todas y cada una de las personas garantizando una serie de aspectos mínimos que nos confieren igualdad, dignidad y libertad para vivir nuestra vida como queramos, siempre y cuando respetemos a los demás.
La DeclaraciónUniversal de los Derechos Humanos aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948 es un ente vivo que va transformándose y evolucionando al ritmo de una sociedad cambiante. Es por ello que desde la escuela los niños deben aprender a respetar al prójimo y a diferenciar aquellas situaciones injustas en las que algunas personas, ya sean próximas o no, se encuentran. Estos aspectos se analizarán a partir de actividades relacionadas con los días internacionales contra el SIDA, la violencia de género o el día de la Paz entre otras tareas del día a día.
El texto se advierte de la problemática que podemos encontrar en determinados países del llamado ‘Tercer Mundo’, cuyo nombre se otorgó como puente entre el subdesarrollo y el avance hacia el conocido como ‘Primer Mundo’. En él vemos como una de cada cuatro mujeres en el mundo no sabe leer ni escribir, primer paso para la evolución de una sociedad hacia el desarrollo, pero también indica una violación constante de los derechos de las mujeres, género todavía relegado a tareas domésticas y en muchos casos considerado incluso inferior a los hombres.
            El texto, escrito tras estudiar los diferentes datos de la Campaña Mundial por la Educación (CME), muestra como los países intentan escudarse detrás de la crisis para reducir su inversión otorgándole una mayor importancia a otros menesteres, como queda patente en el ejemplo extraído del mismo: ‘para garantizar la escolarización de todas las niñas en el mundo se necesitarían unos 16.000 millones de dólares anuales, que es lo que consiguió reunir Estados Unidos en un solo día para salvar sus bancos’.
            Si bien es complicado, a la vez que incomprensible, tener que explicar la importancia de recibir una educación y alfabetización para el desarrollo de las personas y de la propia cultura a la que pertenecen.
            Las mujeres a lo largo de toda la historia han tenido que demostrar con creces su valía para hacerse oír en un mundo, que hasta hace poco, era de hombres. Ellos eran los que decidían y todavía hoy nos sorprendemos al ver a una mujer desempeñando ciertos cargos de relevancia y mando. Y es que hasta que no consigamos que esta perspectiva cambie, no podremos avanzar hacia un mundo más igualitario donde lo importante sea el trabajo y el esfuerzo de cada uno y no sea determinante su sexo o el color de su piel.

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